Una vez leí: “…No ofrezcas tu corazón en bandeja de plata, a quienes acostumbran a comer en platos desechables…”
Se abre el telón,
me choco una vez más,
sin ninguna compasión,
en la estupidez sin más.
Como un muro de hormigón
al que disparo sin piedad,
sin importar mi posición
que he aprendido a desubicar,
pues en esta función
la estupidez es plural,
de ahí que su exposición
afecta a todo el personal,
que lo encaja con distinción
en su posición individual,
su entendimiento y comprensión,
aunque la sufrimos por igual
Cuando ejercito esta pasión,
desde su principio irracional,
no persigo ninguna razón
ni sentar cátedra institucional.
Tan solo desgarro mi corazón
como un impulso animal,
dinamismo y motivación
que se desatan por igual,
mostrando fuerza y convicción
que alborotan al personal.
Alguno pierde la visión
y no se centra en apuntar “al mal”,
sino a quién, en su manifestación
lo expone de manera singular,
buscando así confrontación
cerrada, directa y personal,
juzgando formas de expresión
para obviar su contenido verbal
y jugar siempre la posición
de víctima sentimental.
Sentirse atacado es una opción
basada en una interpretación
absolutamente individual,
convertida en afición
para quiénes necesitan rival.
En medio de la confusión
distraen, juzgando al personal
más allá de su propio yo
y nuestra limitación mental,
sufriendo así su propia agresión,
quiénes tratan de apuntar
sin posible identificación
a la manifestada personalidad,
tachando de ego inquisidor
mientras se auto-niegan “opinar”,
aludiendo su propia agresión
se privan de su libertad,
pues prefieren esa posición
la de víctima para reclamar,
a quién ya mostró su opinión
sin ningún miedo a los demás,
que no exponen “su razón”
ni libertad de pensar,
negándose la expresión
mientras, se dedican a juzgar
semejantes por su expresión
en un mundo de diversidad.
Culpa el miedo a la sin razón
culpa el miedo a la libertad
No hay mayor inquisidor
que un ego que no se permite pensar…
.
Como decía síndrome de abstinencia
en su canción sale a la luz la razón
o
“El silencio de algunos corderos…”
Apareador
PEQUEÑO ACOPIO DE POESÍA MANIFIESTA – “Letras sin canción”
(c) 2014